La OCU, en colaboración con NESI Global Forum (Foro de Nueva Economía e Innovación Social), ha llevado a cabo una investigación en la que analiza cómo son los consumidores actuales, a qué obstáculos se enfrentan, cuál es su relación con los nuevos modelos de economía y cómo esperan que sus decisiones de consumo ayuden a mejorar el mundo.

El estudio, titulado «Otro consumo para un futuro mejor», ha sido creado a partir de una encuesta a una muestra de casi 1.300 españoles de distintos estratos sociales y edades, de una encuesta exploratoria a 340 personas para medir sus hábitos de consumo, de las conclusiones extraídas de tres grupos de discusión con consumidores que apuestan por un consumo responsable y de 26 entrevistas hechas a expertos en consumo sostenible y nuevas economías.

De la investigación se desprende que los consumidores españoles están cada vez más concienciados con las cuestiones éticas y ecológicas cuando toman sus decisiones de compra. Casi tres cuartos de las personas que participaron en las encuestas afirmaron que tienen esto muy en cuenta a la hora de elegir unos productos u otros.

Además, 6 de cada 10 españoles cree que su consumo es una herramienta muy potente para cambiar el mundo y se sienten identificados con los mensajes de los nuevos modelos económicos al servicio de las personas y del medio ambiente, aunque lo cierto es que la mayor parte de ellos no conocen bien en qué consisten estas iniciativas.

Cabe destacar también que la investigación ha revelado que los consumidores más receptivos a consumir de forma sostenible se encuentran con ciertos obstáculos, como la falta de información, la dificultad para encontrar empresas responsables, la accesibilidad y el precio. Con respecto a esto último, aunque las opciones más éticas etiquetadas como eco o bio suelen tener un precio más elevado, el 10% de los encuestados afirma que estarían dispuestos a pagar más por cualquier tipo de producto. Un porcentaje que alcanza el 36% cuando el sobrecoste a pagar es pequeño o si se trata de productos concretos o relacionados con cuestiones con las que están sensibilizados.

Según la OCU, los consumidores españoles son cada vez más conscientes de que es complicado ser coherente al 100%, ya que existen muchos matices que se desconocen o porque la información que se recibe es contradictoria en algunos casos, lo que hace que surjan ciertos dilemas con facilidad. En cualquier caso, lo que es evidente es que los consumidores españoles ya practican un consumo más consciente y piensan más en el impacto que sus decisiones de compra tienen sobre el planeta, por lo que miran más allá de sus intereses individuales cuando adquieren los productos que necesitan.

Por último, cabe destacar que la encuesta también revela que aquellas personas que están más comprometidas con los nuevos modelos de economía, como la circular, la colaborativa, la verde, la social, la feminista o la de finanzas éticas, adoptan decisiones y hábitos de consumo más sostenibles de forma sistemática. Existiendo una correlación directa entre pensamiento y hechos, es decir, cuanto más concienciada está una persona con los problemas, más hábitos de consumo sostenible adopta.