No cabe duda de que la imagen corporativa es uno de los pilares básicos en la estrategia de cualquier marca o empresa. Y es que es la clave para que su público objetivo la reconozca y para que se acuerden de ella a la hora de tomar sus decisiones de compra. Si la marca cuenta con una buena imagen corporativa, podrá destacar por encima de las demás y conseguir ser reconocida de manera rápida y eficaz. Una buena posición en el mercado, el logo, los colores y una buena posición en Internet son elementos importantes pero no lo son todo. Y es que la imagen corporativa es la carta de presentación de tu empresa y resulta determinante para que los consumidores comprendan cómo es.

La imagen es lo que hace que tu marca sea distinta

Las grandes empresas lo tienen muy claro y saben que una de las recetas del éxito es ser completamente diferente a la competencia. Es esto lo que hace que los consumidores dedidan elegirte a ti y no a otra compañía. En definitiva, la esencia de tu negocio.

La relación con las cuestiones del momento

La imagen corporativa indica cuáles son las posiciones generales de la compañía en los grandes temas del momento. Muchas empresas lo hacen a través de las redes sociales, con los artículos que publican o con los contenidos que comparten. Es una manera de hacer destacar sus compromisos con el mundo actual.

Tu posición en el mercado

La imagen corporativa también ayuda a dejar claro por qué los consumidores deben elegirte a ti. Los valores de una marca tanto a nivel político como laboral o medioambiental son los que definen a la empresa y los clientes lo tienen muy en cuenta.

Transmite modernidad, clasicismo o estar pasado de moda

La imagen corporativa también transmite a los consumidores si una marca es moderna y si sabe adaptarse a los nuevos tiempos o si, por el contrario, se queda atrás. Esto no quiere decir que una empresa no pueda llevar una imagen clásica y que esto no pueda funcionarle. Lo importante es que se sepa claramente qué es lo que se quiere transmitir y saber que esto influirá en la percepción que los clientes tienen de nosotros.