Comentarios, me gustas, influencers… las redes sociales ya no solamente son un medio para mantener el contacto con los amigos, sino que se han convertido en un terreno que las marcas han sabido aprovechar muy bien para conectar con los consumidores y ofrecerles sus productos y servicios, lo que ha hecho que los comportamientos de compra hayan empezado a cambiar.

Tanto es asi que, actualmente, el 30% de los consumidores afirma que las redes sociales influyen en sus decisiones de compra. De hecho, casi la mitad de los jóvenes de entre 18 y 24 años admite que consume más de lo que le gustaría debido a las redes sociales. Un porcentaje que se reduce hasta el 20% en usuarios de más de 50 años. Siendo los padres uno de los segmentos que más se siente influido. El 21% de ellos ha comprado alguna vez ropa para sus hijos por haberlo visto en las redes sociales. Solamente el 8% se mantiene al margen de ello y solamente compra a sus hijos lo que necesitan o lo que creen oportuno.

La cuestión es que la gran cantidad de opciones de pago que las entidades financieras y las empresas ofrecen en la actualidad hacen que los consumidores sean todavía más propensos a comprar y a terminar endeudándose a largo plazo, sobre todo si pensamos que vivimos inmersos en una sociedad en la que el consumo está a la orden del día.

Un buen ejemplo de ello es que casi destinamos los mismos ahorros mensuales al consumo que a la jubilación. Esto quiere decir que, aunque el 63% de los usuarios ahorra a final de mes, un 33% tiene dificultades para hacer frente a gastos imprevistos de menos de 1.000 euros sin pedir dinero prestado.

En cualquier caso no hay que poner el grito en el cielo, ya que los españoles no son ni mucho menos los ciudadanos europeos que peor hacen frente a los imprevistos. De hecho, España ostenta el sexto puesto del ranking en este sentido. Solamente superado por Austria, Lituania, Noruega, Suecia y Estonia.